“Las raíces no sólo nutren al árbol sino que le dan sostén”
Filosofía
EQUIDAD. Trabajamos para reconocer la diversidad y erradicar las relaciones de dominación y discriminación por cuestiones de sexo, orientación sexual, género, procedencia, diversidad funcional o de salud mental, clase social, raza, ...
CURIOSIDAD. El machismos, acoso escolar, pobreza, desigualdad, homofobia … son todas expresiones de una violencia directa o/y estructural que hunde sus raíces en los valores que transmite y perpetúa la cultura. Por este motivo creemos que no es posible transformar la realidad sin antes desvelar los valores (cultura) que la sustentan para poder entenderla. Para eso, para que las personas puedan expresarse sin miedo necesitamos sustituir el juicio por la curiosidad; el bien y el mal por el para qué y el cómo.
COLECTIVO. Partimos de la base de que todos los individuos pertenecientes a una misma cultura o/y condición comparten, de formas diversas, conflictos que al mostrarlos y buscar soluciones en común les sana y enriquece. Para nosotras no hay cambio individual sin cambio colectivo ni viceversa.
PARTICIPACIÓN. En la transformación de cualquier situación de injusticia o malestar es necesario implicar y empoderar a quien la sufre. Es por ello que las personas de los colectivos con los que trabajamos son protagonistas, en algún sentido, de todas nuestras creaciones o representaciones teatrales. Como educadores nuestra función no es decirles lo que es mejor para ell@s ni resolverlo (implícitamente les estaríamos diciendo vosotr@s no sabéis y vosotr@s no podéis) sino ofrecerles herramientas que les ayuden a confiar en ell@s mism@s, se expresen auténticamente y comprendan mejor la realidad que desean transformar.
TRANSFORMACIÓN. El cambio no se puede realizar desde la abstracción y el plano teórico sino que hay que llevarlo al plano de lo concreto, aquí y ahora es el único momento y lugar para la trasformación.
Pensamos que es fundamental desarrollar procesos de creación artística que conecten con el deseo de transformación personal y colectiva.
PROCESO. Creemos en una transformación profunda de la sociedad. Creemos en los cambios quizá más lentos y no tan aparentes pero más reales y profundos. Por eso, para nosotros/as es esencial poner el foco en el proceso posibilitando espacios de confianza, respeto y cuidado de los individuos; de sus distintos ritmos y relaciones. Nuestro compromiso de cuidado y respeto es con los/as participantes y sus procesos pero también con nuestros relaciones laborales y personales.
Aunque nuestros referentes son variados, el Teatro del Oprimido (Augusto Boal) con sus técnicas y filosofía es el referente principal.
Teatro del Oprimido | Augusto Boal
Historia
El Teatro del Oprimido es una corriente teatral creada por el director brasileño Augusto Boal. La historia de este tipo de teatro está indefectiblemente unida a la de su creador. En 1953 se traslada a los EEUU con la intención de estudiar Ingeniería Química, pero terminará por estudiar teatro y al regresar al Brasil en 1955 empezará a hacer y escribir obras de teatro; también a llevar la dirección del Teatro de Arena en Sao Paulo.
Augusto Boal fue partidario de utilizar técnicas interactivas y populares en una línea que era claramente revolucionaria. Basa muchas de sus ideas en Paulo Freire y el teatro de Bertolt Brecht. Finalmente cae preso lo que lo lleva a exiliarse en Argentina durante el regímenes militares que sufrió su país natal. Allí comienza la concepción de lo que será el Teatro del Oprimido. Es una crítica y análisis social que se refleja mediante el teatro, desarrollada en 1970.
La primera forma teatral que desarrolla es el Teatro Periodístico. Luego nacerán el Teatro Imagen y el Teatro Foro. En 1978 es invitado a París por la Sorbonne a realizar un curso. En Europa nace el Arcoíris del Deseo, que desarrolla técnicas más introspectivas, ya que Boal ve que las opresiones se sufren de otra manera. En 1980 regresa a Brasil con su grupo de París y no se instala definitivamente hasta 1986 donde se pone a dirigir la Fábrica de Teatro Popular.
En 1992, Augusto Boal llega a concejal lo que le permite trabajar teatralmente los problemas vividos por el ciudadano y discutir en las calles las leyes de la ciudad de Río de Janeiro, así nace el proyecto de Teatro Legislativo, transformando al elector en legislador. El Teatro del Oprimido es un modelo democrático que ayuda al individuo a elaborar sus propuestas y a dotarlas de un espacio donde expresarlas.
En marzo de 2009 recibió el reconocimiento de "Embajador Mundial del Teatro" de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO. Para el mismo año escribió el discurso del día mundial del teatro. El 2 de mayo de 2009, Augusto Boal fallece en Río de Janeiro a los 78 años, a causa de una insuficiencia respiratoria.
Metodología y Filosofía
En el Teatro del Oprimido encontramos muchas líneas de trabajo como son el Teatro Periodístico, el Teatro Legislativo, el Teatro invisible, el Teatro Imagen y el Teatro Foro. Esta última es la más conocida de todas y todas tienen por objeto transformar al espectador en protagonista de la acción dramática y, "a través de esta transformación, ayudar al espectador a preparar acciones reales que le conduzcan a la propia liberación", por ello recibe el nombre de espectactor.
Lo innovador del Teatro del Oprimido es que democratiza la actividad teatral y, para ello, despliega un sistema de ejercicios físicos, de juegos estéticos, de técnicas de imagen y de improvisación donde se construyen los medios artísticos del teatro al servicio de las personas más vulnerables, generando al mismo tiempo una herramienta con un gran potencial político, pedagógico que empodera a los que la practican ya que desarrolla, entre otras, la responsabilidad y la autonomía.
Este teatro cree en cada individuo como un potente actor social y como capacitado para enunciar propuestas indispensables sobre su condición y los caminos alternativos.
No es hasta su llegada a Europa que desarrolla su técnicas introspectivas de las que habla en su libro Arco Iris del Deseo. Al intentar extrapolar a la población europea las técnicas que ya había desarrollado en latinoamérica descubre que la realidad es distinta y los opresores, en esta parte del mundo, se encuentran en la cabeza de los individuos (polis en la cabeza como los denomina A. Boal). Estas técnicas permiten indagar en los deseos y miedos de los personajes ante situaciones de conflicto así como desvelar los valores introyectados por la cultura que nos impiden ser verdaderamente dueños de nuestros actos.